Nuestro paisaje sonoro

Pues iba yo paseando por la playa escuchando la "gymnospedia nº1" de Satie,y todo parecía sonreirme, los niños jugaban, los perros se movían divertidos, hasta el mar acariciaba la arena suavemente...pero se terminó, y empezó a sonar "la consagración de la primavera" de Stravinsky...el mar parecía furioso, las olas rompían con fuerza, los niños corrían atemorizados, los perros se movían sin control y hasta la gente tenía miradas extrañas...quizás parezca un poco exagerado, pero prueba a hacer el experimento siendo consciente de como la música nos hace "ver" la vida. Prueba con obras muy dispares en la misma situación y entenderás que hay que tener mucha precaución con lo que escuchamos. Evidentemente si estamos de mal humor mejor poner a Wagner o Schonberg, pero por qué no levantarse con el "claro de luna" de Debussy?

per-son-as: para sonar

Los animales pueden atraerse o ahuyentarse, incluso tranquilizarse entre sí mediante sonidos. Con las personas ocurre lo mismo, algunos sonidos nos ponen en alerta mientras que otros nos calman. No hay más que ver la comunicación entre toda madre y su hijo recién nacido. Ella responde inmediatamente al llanto del niño y le canta nanas mientras le acuna y lo acerca a su corazón creando ritmo y movimiento. Prueba a crear canciones para los seres más próximos a ti y verás que los sonidos se corresponden con las emociones (o vicebersa).
Nuestro cuerpo produce muchos otros sonidos: latido del corazón, circulación, digestión. Los gritos de dolor lo atenúan y reducen, igual que con el estrés. Los sonidos que emitimos (quejidos, suspiros, bostezos, palabras…) y cómo los emitimos hablan de nosotros, de nuestros estados de ánimo. Te propongo un experimento:
Cuando te acuestes en la cama, por la noche, escucha hacia afuera, escucha los sonidos que te rodean, sin analizarlos. Despues tápate los oídos con los dedos índices y escucha hacia adentro, tus propios sonidos, los de tu cuerpo...
En el chamanismo el sonido es un elemento básico. Primero, con un tambor y su voz, pero también con sonajeros e instrumentos de viento el chamán altera su conciencia.