"Algunas tradiciones chamánicas de África y las sociedades de Oceanía cuidan la salud y el bienestar por medio de lo que llaman el trabajo de acunamiento, una cuádruple práctica para mantenerse conectado con las partes buenas, verdaderas y bellas de nuestra propia naturaleza".
Es un trabajo concreto para hacer de manera individual, donde "reconocemos silenciosamente las cualidades que más valoramos de nuestro carácter, nuestros puntos fuertes, las contribuciones positivas pasadas y presentes, y el amor que hemos dado y recibido". (Del libro las cuatro sendas del chamán)
Para la infusión sonora aproveché parte de esta técnica del acunamiento para trabajar el principio de reciprocidad, otro apartado del trabajo chamánico de la senda del sanador.
"La sanación implica el principio de reciprocidad, la capacidad de dar y recibir equilibradamente y la habilidad de conectar"
Al acunar a alguien (actiud activa) marcamos un ritmo, acorde a los latidos del corazón, lo que nos recuerda nuestra estancia en el útero materno produciendo una sensación de placentera seguridad, protección...además al cantar de manera suave y acompasada y la melodía improvisada de manera natural es muy lineal, sin saltos, sin tonos agudos...todo eso fomenta todavía más la sensación de cobijo y protección.
Cuando tomamos la actitud receptiva, estamos siendo acunados, simplemente nos dejamos llevar por esas sensaciones. La seguridad nos da confianza en nosotros, en el otro y en la vida.
Ojalá pudiéramos sentirnos acunados siempre jeje pero ahora ya sabéis que para estar sanos necesita haber un equilibrio.
A jugar!! PLAY!!
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