Desde hace tiempo, en terapia individual, vengo aplicando la musicoterapia de una manera bastante diferente. Centrándome en la Identidad Sonora como algo bastante más profundo de lo que habitualmente solemos hablar.
Estamos muy absortos en lo qué vemos, cómo nos vemos, cómo nos ven los demás...porque la comunicación visual es muy clara a muchos niveles. Pero, ¿Cómo sonamos?
Hemos hablado en diversas ocasiones, especialmente en los conciertos de cuencos tibetanos, que somos antenas, que emitimos y recibimos ondas constantemente, seamos conscientes o no. Esa información que somos capaces de percibir sin apenas darnos cuentas tiene que ver con la Comunicación No Verbal.
Por suerte, ya somos muchos los que no sólo vivimos de estímulos externos, si no que nos paramos a observarnos y saber por qué actuamos como lo hacemos, intentamos saber un poco más de nosotros mismos, vamos de fuera a dentro y de dentro a fuera y a través del sonido es muy fácil y bello descubrirse. Los bloqueos que surgen cuando nos expresamos a través de la música son muy evidentes, es fácil escucharse o dejar de hacerlo. Sabemos cuándo y por qué guardamos silencio??
Pues este trabajo que llevo poniendo en práctica de manera individual desde hace un tiempo, vamos a plasmarlo en grupo para así además, dar un paso más allá y llegar a la armonía. A la Identidad Sonora Grupal, a la Conciencia Grupal. Literalmente, desde nuestra individualidad, crearemos Armonía
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