En las charlas-prácticas sobre el uso de los cuencos tibetanos, aprendemos como usando la afinación, o sea, el tono base de los cuencos, podemos rearmonizarnos.
Los cuencos nos sirven de diagnóstico y herramienta para equilibrarnos. Se tiene en cuenta, primeramente la afinación del cuenco al colocarlo sobre el chacra correspondiente, ya que al igual que su color, tiene su afinación específica. Atendemos además, a la duración del sonido y su calidad, así como también a los batidos que se producen al chocar las ondas vibratorias del cuerpo con las del cuenco.
No podemos olvidar que además de escuchar los cuencos, debemos tomar una actitud receptiva para obtener la mayor información posible del por qué de ese sonido, aunque siempre es el paciente el que tiene que escuchar, descubrir y re-conocer su bloqueo y su auténtico son.
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